Tips para evitar la automedicación ante la llegada del estrés en marzo

Por Catalina Lemus, química farmacéutica de Salud Occidente

 

Inevitablemente marzo es un mes difícil para todos, si bien no podemos evitar que nos afecte, sí podemos conseguir que la abrupta vuelta a la realidad no traiga consecuencias para nuestra salud. La clave es cuidar tu cuerpo adoptando algunos hábitos saludables y evitando conductas que puedan perjudicarlo.

 

Lo primero es tener en cuenta que el estrés es completamente normal y sentir síntomas como sudoración excesiva, especialmente en las manos, pies o manos frías; tensión muscular (generalmente en la espalda y el cuello) tipo contracturas, alteración de la respiración, hormigueo en el estómago, calambres intestinales, diarrea, estreñimiento o náuseas, no es más que una forma de enfrentar las situaciones que habitualmente pasamos en este mes.

 

Sin embargo, esto debe pasar paulatinamente a medida que nos acostumbramos a la rutina. Si el malestar persiste por más de un mes, es recomendable que visites un especialista.

 

Algunas sensaciones como nerviosismo, ansiedad, insomnio y falta de concentración pueden ser una razón para que te inclines por consumir medicamentos sin indicación médica y abusar de bebidas energéticas creyendo que podrán ayudarte. A continuación, te explicamos por qué es una mala decisión:

 

  • Ojo con abusar de la cafeína: Las bebidas energéticas y el consumo exagerado de cafeína pueden aumentar la presión sanguínea, acelerar los latidos cardíacos, y empeorar los malestares propios del estrés, sobre todo el insomnio.

 

  • Antialérgicos y relajantes musculares: Fármacos como la clorfenamina y ciclobenzaprina son utilizados regularmente por su efecto secundario de somnolencia; sin embargo, estos medicamentos fueron diseñados para tratar malestares específicos y si bien producen sueño, se han observado reacciones que pueden ser molestas e incluso graves, especialmente cuando se utilizan por largo tiempo, las que son más probables e intensas en personas mayores. Cabe destacar que además el sueño que producen es de mala calidad y despertarás igual de cansado.

 

  • Antidepresivos: Todos los medicamentos que modifican alguna respuesta de tu sistema nervioso deben ser prescritos por el médico, para cambiar tu ánimo o para estar más tranquilo, aunque te lo recomiende alguien que tuvo éxito con estas terapias. Es importante mencionar que, en el caso de los antidepresivos como la sertralina o la amitriptilina, los efectos terapéuticos comienzan luego de las 6 semanas de uso mientras que los efectos secundarios pueden aparecer en la primera dosis (ansiedad, insomnio y temblor de extremidades).

 

  • Ansiolíticos: El uso de ansiolíticos incorrectamente puede empeorar tus síntomas y afectar otros. Los más utilizados son las benzodiacepinas (clonazepam, clotiazepam y lorazepam), las que deberían utilizarse por cortos períodos de tiempo, ya que podrían producir síntomas de dependencia y/o tolerancia.

 

  • Neurolépticos: Medicamentos como la risperidona o la quetiapina son utilizados habitualmente como tranquilizantes o incluso hipnóticos; sin embargo, estos usos deben ser indicados por un profesional médico, ya que podrían producir el efecto contrario al buscado, terminando con cuadros de psicosis o incluso alteración violenta del paciente.

 

Finalmente, es importante que recuerdes que todos los medicamentos son muy buenas herramientas de salud, sin embargo, pueden ser dañinos cuando los usamos sin indicación médica.

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