Culmina exitoso proyecto que evita las quemas en el sector agropecuario de la RM

Reincorporación al suelo, compostaje y cubierta vegetal tipo mulch, son las alternativas para el manejo de residuos en el campo que fueron aprendidas por agricultores de las comunas de Curacaví, San Pedro y Melipilla, a través de capacitaciones y talleres elaborados por el equipo de Extensión de INIA La Platina.

 

Los beneficiarios que participaron lograron incrementar la retención de humedad y microorganismos en el suelo, evitar la acción directa del sol y viento, retardar la germinación de malezas, además de mejorar la calidad de sus cosechas.

 

“Los residuos son materia orgánica que puede volver al suelo, actuando como una esponja para retener la humedad de la tierra. Esto, junto con los nutrientes que entregan, es fundamental en tiempos de crisis hídrica como la que estamos viviendo en la zona central”, destaca Fabiola Sepúlveda, extensionista y coordinadora del proyecto.

 

“Este programa se enfoca totalmente dentro del trabajo que está proyectando el Gobierno. INIA, al hacer esta transferencia, se acerca a la agricultura familiar campesina, que marca uno de nuestros lineamientos y lo hace con un enfoque en el cambio climático, en la capacitación y en la asociatividad”, señaló el Subsecretario de Agricultura, José Guajardo.

 

El proyecto

 

La quema de rastrojos generados después de las cosechas sigue siendo una práctica tradicional en las zonas rurales de nuestro país, produciendo un gran daño en el suelo que será nuevamente cultivado, además de contribuir a la contaminación y crisis ambiental. Por esta razón, las quemas agrícolas serán prohibidas en la Región Metropolitana a partir de 2026.

 

Preocupados por esta situación que dejaba a los pequeños agricultores sin opciones para el manejo de sus residuos, profesionales de INIA La Platina, con el apoyo del Fondo de Innovación para la competitividad (FIC-R 2019) del Gobierno Regional Metropolitano y aprobado por su Consejo, lograron enseñar nuevas técnicas, replicables en otros sectores de la región y del resto del país.

 

Además del conocimiento, entregaron herramientas y maquinaria para uso comunitario, que permitirá la continuidad de estas soluciones en localidades rurales, y de esta manera, visibilizar las nuevas técnicas adquiridas.

 

Para Dante Velásquez, beneficiario del proyecto, el aprendizaje obtenido, significó un cambio radical en su manera de trabajar en el campo. “Esta es una experiencia excelente para seguir manteniendo. Después de incorporar los residuos al suelo, me di cuenta de que la cosecha era mucho mejor y que valía la pena hacerlo porque ahorro dinero en fertilizantes y todo lo que vendo es de buena calidad porque mi tierra está mejor, llena de vida”.

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