Consorcio Santa Marta firma acuerdo voluntario con APR “El Roto Chileno” y “Lonquén-Sorrento” para financiar mejoras en el servicio

La compañía asumirá el costo económico de la compra de bombas y llaves de corte, y la mantención de la planta de tratamiento de aguas servidas.

 

LONQUÉN.- El Comité de Agua Potable Rural (APR) “Las Curacas”, del sector de “El Roto Chileno”, y el Comité de Agua Potable Rural de “Lonquén-Sorrento” firmaron un acuerdo de cooperación con Consorcio Santa Marta (CSM) para enfrentar urgencias y mejorar el servicio que entregan a miles de vecinos.

 

En concreto, ambas organizaciones recibirán una ayuda económica por parte de la empresa para comprar válvulas de corte nuevas y mejorar las bombas de succión, en el caso del Comité de Agua Potable Rural “Las Curacas”; y mejorar la mantención de la planta de tratamiento de aguas servidas, en el caso del Comité de Agua Potable Rural de “Lonquén-Sorrento”.

 

“Como presidente del APR ‘Las Curacas’, y en nombre de los vecinos, agradecemos esta ayuda y apoyo de Consorcio Santa Marta, que siempre está ahí. De hecho, nos han entregado y ayudado en otras cosas, por lo que son muy importantes para nosotros”, dijo el presidente José González.

 

Por su parte, el presidente del Comité de Agua Potable Rural de “Lonquén-Sorrento”, Enrique Medina, sostuvo que “la planta de tratamiento necesita mantención y arreglos, y felices de recibir la ayuda de la compañía para enfrentar estas necesidades. Nuestro servicio de APR, que se encarga de la administración de la planta, impacta en cerca de 3.000 personas. Y por eso celebramos la voluntad de Santa Marta de ayudarnos, de trabajar con la comunidad, lo que es muy bueno y noble”.

 

Al respecto, el gerente de medioambiente de Consorcio Santa Marta, Pedro Rivas, comentó que “es súper gratificante firmar este acuerdo de cooperación porque la comunidad sabe y entiende que nuestra labor es sanitaria, y que resolvemos problemas”.

 

“Si no se hacen mantenciones adecuadas los APR y las plantas de tratamiento de aguas servidas fallan, y eso es lo que ocurre en ambas localidades. Algo muy delicado si consideramos que hay una sequía de 12 años en el Gran Santiago y el agua debe ser cuidada. Entonces, las directivas deben enfrentar un costo altísimo para los arreglos, que luego se traspasa a las boletas de los vecinos, que en estos sectores tienen pocas posibilidades de enfrentarlos. Y esta alianza nos permitirá financiar estos mejoramientos e impactar en la positivamente en la calidad de vida de las personas”, agregó Rivas.

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