Lo que era un secreto a voces se confirmó la semana pasada. El Concejal de Melipilla, Bastián Alarcón, emitió un comunicado a través de sus redes sociales, donde confirmó el quiebre con la actual administración municipal y acusa de recibir amenazas por parte de sus propios compañeros de Convergencia Social.
“Después de recibir amenazas explícitas, algunas de ellas por parte de compañeras y compañeros de militancia, malos tratos y cuestionamientos de parte de quienes pregonan el Buen Vivir (concepto que comparto plenamente). Hoy estoy, como todas las mañanas, en mi oficina atendiendo vecinas y vecinos, gestionando y tomando nota de lo que les aqueja. Asimismo, he acumulado varias gestiones importantes que he intentado gestionar con la administración local sin llegar a buen puerto”, publicó.
Alarcón señaló que su rol como miembro del Concejo es fiscalizar, y bajo ese mandato, realizó sus cuestionamientos a un informe entregado por el Departamento de Control, situación que habría generado un alejamiento aún más evidente entre él y sus compañeros y compañeras de partido al interior del municipio. También la tardanza en la creación de la Oficina de Asuntos Hídricos aportó a este distanciamiento.
“Comenté, formalmente, que se ha faltado a los compromisos acordados por parte de la administración municipal con este concejal, y que son acciones que para las comunidades rurales y urbanas son urgentes, como la creación de la oficina hídrica comprometida para marzo. Pero ya estamos en abril y aún no pasa nada”, señaló.
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