AUTISMO Y ODONTOLOGÍA: UNA MIRADA DESDE LA CONSULTA DENTAL

El Trastorno del Espectro Autista, más conocido por su sigla TEA, es una condición de origen neurobiológico que afecta al sistema nervioso, tanto en la forma en que funciona como también en la que se organiza nuestro cerebro, generando dificultades en áreas como la comunicación e interacción social, la flexibilidad del pensamiento y alteraciones de la conducta. Las alteraciones en cada una de estas áreas afectadas en los diversos diagnósticos de TEA se presentan en un continuo, desde leves a severas.

 

La Academia Americana de Odontopediatría (AAPD) reconoce que, hoy en día, el manejo del comportamiento en personas con necesidades especiales está cambiando. El paciente con este trastorno representa un reto para el odontólogo, principalmente por el abordaje durante la consulta dental. 

Es necesario que los profesionales conozcan el cuadro de características a nivel psicológico, biológico, social y bucodental. Además, que sepan llevar a cabo de buena manera y en el momento adecuado las técnicas que facilitan el manejo del comportamiento del paciente con TEA durante las citas odontológicas. Estas técnicas se clasifican en no farmacológicas y farmacológicas. Dentro de las no farmacológicas se encuentran aquellas de comunicación como control de voz, comunicación no verbal, distracciones, recompensas y la estabilización protectora. Entre las técnicas farmacológicas se describe el uso de óxido nitroso, sedación, y anestesia general.

Se debe recopilar toda la información posible para estar informados sobre las necesidades del paciente y así adaptar nuestra práctica. Algunas recomendaciones clínicas que se pueden implementar son: adecuar el ambiente odontológico de manera de disminuir la exposición innecesaria a estímulos auditivos, olfatorios y gustativos, programar sesiones cortas, organizarlas y planearlas de manera de ser lo mas eficiente posibles limitando tiempos de espera, entregar libros de fotos y vídeos con todo tipo de detalles, desde la entrada a la clínica, la sala de espera, el sillón dental, presentando en ellos a todo el equipo y personal de trabajo. Con ello lograremos que el niño pueda reconocer a todo el personal que lo asistirá en un futuro, anticipando y dando seguridad al paciente.

No se puede ignorar que aún existe desconocimiento de este padecimiento por parte de los profesionales de la salud y debido a esto muchas veces se termina en numerosos intentos fallidos de atención que terminan por posponer en el tiempo la atención dental, desmotivando a las familias con el consecuente deterioro de la salud oral y general. Creo necesario recalcar la necesidad de la derivación temprana al Especialista en Odontopediatría quien puede entregar atención individualiza y capacitada al paciente con TEA. 

Es clave fomentar en las familias y los centros de educación especial el conocimiento de las implicaciones que el mantenimiento de salud dental conlleva. 

 

Michelle Subercaseaux Sanhueza

Odontopediatra 

Universidad de Chile

Docente UNAB sede Concepción

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