Un 61% disminuyeron los exámenes para prevenir el cáncer de mama durante la pandemia

La realización de exámenes periódicos es de suma importancia para la detección precoz del cáncer de mama, una de las principales causas de muerte en mujeres.

Uno de los efectos más preocupantes que ha dejado la pandemia, es la significativa baja en los exámenes preventivos o de diagnóstico, los cuales han disminuido en un 61% durante este período. Una realidad preocupante, especialmente en el caso de las mujeres, ya que, en Chile, el cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres.

“La tasa de mortalidad es de casi un 3%, cifra que probablemente aumentará de manera importante en los próximos años, dado que, durante la de pandemia, los exámenes de diagnóstico, es decir, mamografías y ecografías mamarias, disminuyeron en un 61%”, comenta Daniela Rojas, académica de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de los Andes.

Pero, ¿cada cuanto se debe realizar la mamografía? La frecuencia con la que las mujeres se deben realizar este examen es variable y depende de los factores de riesgos a los que cada una este expuesta.

Desde los 40 años en adelante es recomendable que las mujeres se realicen la mamografía cada dos años como mínimo. En caso de presentar factores de riesgo, como obesidad, y antecedentes familiares, se recomienda realizar el examen una vez al año a partir de los 35 años”, explica la académica UANDES.

Por otra parte, el autoexamen se debe realizar de manera mensual aproximadamente 8 a 10 días desde el inicio del ciclo menstrual.

La idea es concientizar a la población, que conozcan su cuerpo y que sean capaces de detectar alteraciones en forma precoz. Sin embargo, debemos dejar claro que el autoexamen no es un procedimiento por el cual podamos diagnosticar precozmente un cáncer de mama, pero si permite consultar frente a situaciones que, para cada mujer, no sean comunes”, agrega Daniela Rojas.

Asimismo, es muy importante estar a los siguientes síntomas:

  • Presencia de bultos o masas en las mamas o en zona axilar.
  • Aumento de tamaño de una o ambas mamas.
  • Irritación de la piel de las mamas.
  • Cambios de coloración, hundimientos de la piel o del pezón y retracciones de la piel.
  • Dolor en la zona mamaria (síntoma menos frecuente).

Sumado a lo anterior, es recomendable mantener una dieta balanceada y realizar actividad física de manera frecuente.

 

 

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