Profesores de colegios municipales de Talagante denuncian agobio laboral y falta de empatía por parte del empleador

  • Según encuesta del profesorado local 97,2% de los profesores se sienten afectados por el trabajo a distancia, ya sea desde el punto de vista mental como físico.

 

Una situación bastante adversa, no sólo como consecuencia de la pandemia, sino también por la actitud de los equipos directivos y de la autoridad local, está atravesando el profesorado de los establecimientos municipalizados de Talagante.  Así, al menos, lo demuestra una reciente encuesta realizada por la Coordinadora Sindical y Gremial de Trabajadores de la Corporación Municipal de Educación y lo refuerzan los propios dirigentes de la entidad durante una entrevista virtual que sostuvo este medio con la dirigencia de la entidad.

“El principal resultado de la encuesta es que hay una gran sensación de agobio, hay un estado emocional muy inestable en los docentes, y una falta de respaldo por parte de los equipos directivos hacia los profesores.  Entonces podemos ver que los docentes en general se sienten bastante desvalidos en relación a la circunstancia de trabajo que están enfrentando ahora”, resumió Daniela Aspee Vargas, docente del Liceo de Talagante.

“Desvalidos en el sentido que han debido salvarse a sí mismos para seguir cumpliendo con su rol, un desempeño que, si bien, lo hacen por un compromiso con sus estudiantes, tratan de hacerlo lo mejor posible, pero además por una seria exigencia constante que viene de parte de las autoridades”, agregó la joven docente, quien junto a otros colegas nos comparten vía videoconferencia la situación que los afecta.

La invasión del espacio propio y familiar 

Otro aspecto que no ha sido considerado por la autoridad local y la jefatura de educación en Talagante al momento de la planificación y ejecución del año escolar bajo modalidad virtual ha sido el impacto que tiene este formato en la vida familiar ni se ha dimensionado la carga de trabajo adecuada en este contexto. En tal sentido, Julio Aguirre Silva, de la Escuela Luis Undurraga del sector Santa Ana compartió subrayó tal dificultad y compartió su experiencia cotidiana.

“Ha influido bastante en lo que son nuestras vidas familiares, porque nosotros hemos tenido que adaptar nuestros hogares y transformarlo en salas de clases.  Entonces eso ha transformado muchas veces la rutina diaria: yo por ejemplo hago clases en el comedor, mis hijas en la habitación, pero tenemos un niño pequeño, entonces mi esposa, en los recreos tiene que bajar a darles desayuno, después nuevamente llevarlos al segundo piso, callar a los niños para que no interrumpan”, comentó el profesor e indicó que esa es una parte del impacto en la vida de los docentes que, como refrenda la encuesta, hasta están durmiendo menos horas porque no hay una división entre el trabajo y la vida familiar.

“Lo otro es que nuestras propias actividades diarias se ven interrumpidas constantemente por los whatsapp de los apoderados fuera del horario de clases, días sábados, preguntando qué hay que hacer el día domingo.  Entonces, nuestras vidas normales han sido trastornadas.  Nosotros antiguamente teníamos un horario de clases y salíamos, pero ahora no, tenemos que estar constantemente dispuestos a atender a los apoderados, muchas veces las reuniones de apoderados tenemos que hacerla en otros horarios para poder conseguir que lleguen más a estas reuniones”, acotó Julio Aguirre.

Preocupación por lo tecnológico en desmedro de lo humano

En tal sentido, los dirigentes de los sindicatos afirmaron que ha habido por parte de la autoridad una preocupación más centrada en el aspecto tecnológico que en lo humano, por cuanto se han comprado tabletas digitales y conexiones a internet para desarrollar la modalidad virtual, pero se han descuidado el trato humano.   Así, junto al agobio laboral, la invasión de la vida familiar, el profesorado de Talagante denunció también mal trato por parte de la autoridad local y de educación.

“Nos han tenido un poco abandonados porque cuando nosotros comenzamos a manifestar ciertas incomodidades que estábamos teniendo en las escuelas, me hubiese gustado escuchar al alcalde, al mismo secretario general, mantener cómo una postura, un lineamiento igual para todo, no darle tanta libertad a los directores en este minuto porque siento que cada director quiere como lucirse ante el resto”, ejemplificó Guillermo Farfán de la Escuela Pino Viejo de Lonquén para quien este tipo de actitudes están llevando a un agotamiento del recurso humano.

“En este minuto con quien converso yo, de mis colegas, todos sienten que estamos con el cansancio típico cercano a diciembre y estamos recién en junio, o sea, ni siquiera hemos terminado el primer semestre.  Entonces nos hubiese gustado que nuestro alcalde, el secretario general, dieran ciertos lineamientos, es decir, en nuestros colegios de la corporación municipal esto va a ser la forma de trabajar, ponernos como un techo, decir de aquí hasta aquí queremos llegar, de manera que los profesores y los estudiantes, en cierto modo, puedan estar trabajando de manera tranquila”, argumentó el profesor.

Los temores del profesorado a futuro

Seguidamente, Guillermo Farfán no oculta cierto temor en lo que vislumbran sería el segundo semestre de acuerdo a ciertas señales.  “Ya están preparando la infraestructura en algunas escuelas para lo que sería el trabajo híbrido (presencial y virtual) y nosotros ya tenemos antecedentes que trabajar en forma híbrida, si bien es cierto en este minuto trabajando solamente on line ya es agobiante, entrar al trabajo en la modalidad híbrida va a ser el doble de desgaste físico e intelectual”.

A juicio de José Herrera, Presidente del Colegio de Profesores de Talagante, la autoridad local y su encargado de educación municipal han incurrido en el error de asumir un modelo de educación basado en ciertos parámetros.   “Acá ha faltado humanizar el trabajo, nos hemos quedado en esta perspectiva neoliberal de la educación, de los números, de los resultados y la parte humana de quienes ejecutan el proceso no ha estado presente, entonces ahí se fundamenta ese 85% de profesores agobiados y de sentir la falta de respaldo de los equipos directivos”.

Según el dirigente del Magisterio bajo este paradigma, “los directores están –como se dice vulgarmente- para chicotear los caracoles” y “a los profesores se les ha tratado mal”, producto de “la competencia interna de cada escuela por ser la mejor” sin mediar un trato humano.  A juicio de Herrera este hecho se ve acentuado aún más en la toma de decisiones frente a situaciones que importan a toda la comunidad educativa y se impone una cierta dictadura que se impone por el verticalismo.

“Ahora viene la situación del regreso y usted si quiere hacer una encuesta va a ver que no han consultado a los profesores en relación al regreso.  Hasta este minuto le han preguntado a los estudiantes, le han preguntado a los apoderados.  ¿Por qué no les preguntan a los profesores?  No sé, habría que ir a preguntarle al señor alcalde (Carlos Álvarez), al señor Carlos Pincheira (Secretario General de la Corporación Municipal de Educación), cuál es la razón por qué a los profesores no se les ha tomado en cuenta en la planificación y en la construcción del plan de trabajo”, recriminó José,

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