“Con mi marido teníamos planificada nuestra vida hasta la segunda reencarnación”

Hasta hace poco tiempo, Mariela Reyes, una joven profesional melipillana, disfrutaba de su vida y familia, compuesta por su esposo y sus tres hijos; José Ignacio, que esta semana cumplió 9 años; Tomás de 5 y Magdalena de 3. Pero el destino cambió sus planes, hace tres meses, cuando su marido, Guido Quintanilla Vera, de 36 años, murió atropellado mientras hacía deporte en su bicicleta, en el sector de Chocalán.

La triste noticia se hizo conocida a nivel nacional, y los medios de comunicación dieron cuenta de cómo este joven padre, había fallecido, producto de la irresponsabilidad de un conductor que conducía ebrio y con quien, lamentablemente, se cruzó ese fatídico domingo, 3 de abril, pasadas las 10 de la mañana.

Su viuda, quien además es la actual Directora del Preuniversitario Cpech de la ciudad, conversó, en exclusiva, con El Labrador, para señalar en qué va la causa que le arrebató a su amor y padre de sus pequeños, y sobre cómo es su vida, después del fallecimiento de su esposo.

-Cómo han sido estos tres meses, luego del accidente?

Muy difíciles y raros. Uno cree que, a medida que pasa el tiempo, el dolor va a ir pasando. Sin embargo, esto se va incrementando, porque uno hace más presente la ausencia del papá, del marido y de quién era parte importante de tus días.

-Cómo se enfrenta una noticia tan triste, con los niños?

Eso ha sido muy difícil. Al principio no preguntaban, pero ahora sí. Preguntan por qué murió el papá, como en el caso del mayor, y los más chiquititos, me dicen, por qué no llega. Por qué iba manejando curada la persona que lo atropelló, y cosas así. Yo soy educadora de párvulos y, de alguna manera, estoy preparada para dar respuestas. Pero aquí, y para la muerte, por cultura y como sociedad, no estamos preparados. Yo les dije, el mismo día del accidente, cuando me llamó el carabinero para avisarme lo que había sucedido, porque ellos escucharon que el papá había tenido un accidente, que tenían que estar tranquilos y que rezaran. Pero que, también,  existía una posibilidad de que si el papito estaba muy grave, Diosito lo llevaría con él y lo transformaría en ángel.

– La persona que atropelló a tu esposo, o su familia, se han acercado a ustedes. En qué va el caso?

Carlos Mejías Smith, es un joven, de 28 años, que estudia, tengo entendido, Ingeniería en 4º año. Ni él ni su familia se han acercado, y eso es lo doloroso, porque de pronto uno espera que empaticen con tu dolor, el que es muy grande, pero nunca preguntaron nada hasta hoy.

Ellos se han desentendido, desde el punto de vista emocional. Y no se cómo se puede vivir con la conciencia tranquila, sabiendo que mataste a alguien y que dejaste a tres niñitos sin papá. La causa se está llevando por manejo en estado de ebriedad, con resultado de muerte, lo cual aplicaría la Ley Emilia, la que esperamos sea con la mayor rigurosidad que se pueda. Él está con arresto domiciliario total.

-Qué buscan ustedes como familia?

Uno busca cosas que van por caminos distintos; por un lado justicia, que aunque hubiera pena de muerte o cárcel para siempre, nada me va a devolver a Guido y nada me va a dar respuestas cuando tenga que hablar con mis hijos. Por ejemplo, este 13 de julio, es el cumpleaños de José Ignacio, y su papá no va a estar. Pero sí me va a dar tranquilidad, desde el punto de vista de que si mataste a una persona, tienes que hacerte responsable, y no puedes eludir eso bajo ninguna condición. Para eso queremos justicia. Que se siente un precedente, con respecto al manejo en estado de ebriedad. Pero, lamentablemente, ellos quieren apuntar a un problema psiquiátrico, lo que me genera más dolor aún, por querer utilizar esa estrategia, para eludir esta responsabilidad de haberle quitado la vida a alguien que andaba haciendo deporte. Lo encuentro deshonesto, y habla muy mal de lo que ellos pretenden lograr. No me parece la mejor forma de hacer las cosas y veo con esto, que quieren eludir la responsabilidad penal.

-Haciendo un recuerdo de Guido. Cómo era él?

Era una muy buena persona. A lo mejor muy subjetivo de mi parte, pero lo veo en todo lo que se refleja; en el ámbito laboral, personal, con los amigos y la familia. Un joven de 36 años, ingeniero en ejecución, que trabajaba en una empresa de tratamiento de aguas. Un jefe con mucha proyección que quería continuar estudiando este año. Buen papá, marido una gran persona. Para su funeral hubo mucha gente ytodos quienes hablaron de él,lo hicieron de muy buena manera y eso es por lo buena persona que te digo; un “gallo” con el que yo no podía pelear o con el que no podía hablar mal de alguien, porque no se prestaba para eso. Un papá muy dedicado a sus niños. Fueron 15 años juntos, seis y medio de pololeo, pero se hicieron cortos.

-Qué es lo que más extrañas de tu esposo?

Su compañía y el compartir la responsabilidad de ser papás; el conversar por las noches, si tuviste un día bueno o malo; el que vaya a hacer dormir a los niños. Lo cotidiano, el cariño y el que te abracen y te digan que todo estará bien. Ahora nadie me dice eso y pasé a ser el puntal de mi familia, de mis tres hijos. Me tuve que armar de nuevo.

-Cómo sintieron el apoyo que les dio la gente, con la cicletada que se hizo en nombre de Guido?

Enorme. La actividad se llamó “Justicia para Guido”, fue hace un tiempo, y resultó muy bonita. Tenemos una página en Facebook, una página web www.justiciaparaguido.cl y lo que queremos hacer con todo esto, es que la muerte de mi marido no quede en vano. Hay que sentar precedentes de hacer campañas de responsabilidad al volante y de respetar a los ciclistas. Estamos acompañados de Carlos Oyarzún, un connotado ciclista a nivel nacional, y queremos hacer cosas para cambiar la responsabilidad con la que tomas un volante y manejas. Lo que sucedió con Guido es injusto, porque se pudo haber evitado, perfectamente, con mayor conciencia de que con alcohol, no puedes manejar, porque no sólo expones tu vida, sino la del resto, como ocurrió aquí. Hay que educar más, desde el punto de vista civil, en colegios y sacar leyes que sean más efectivas.

-Y directamente. La Ley Emilia, se está aplicando en este caso?

Debiera. Bajo la causal que te indiqué al principio, “manejo en estado de ebriedad con resultado de muerte”. Recordar que Carlos Mejías, llevaba 1.88 de alcohol en la sangre. Iba ebrio y la Ley Emilia es la ley bajo la que él debe ser juzgado.

Ahora, la pena o condena que corresponde se dará, según como se lleve a cabo el juicio. Soy realista y se que tal vez no se logrará una gran cantidad de años (en prisión).Pero sí, que cumpla en un periodo cadena efectiva, y no como se ha dado hasta ahora con arresto domiciliario. Cuando tú atropellas a un ciclista o a un peatón, no lo atropellas sólo a él, sino a una familia completa. Actualmente, estamos viendo si podemos mejorar la Ley Emilia, porque hay vacíos legales, ya que a pesar de que es muy rígida y exigente en su condena, qué pasa con ella, desde el día uno en que se comete el accidente. Nada. Quedan en arresto domiciliario, libres, y ese es el vacío legal que se debe mejorar. Pero esa modificación ya está en el congreso.

-Crees que Melipilla cumple con espacios aptos, para que los amantes del ciclismo, hagan su deporte?

Dada la cantidad de espacios rurales que tenemos en Melipilla, debieran tener una gran cantidad de ciclovías. Sin embargo es una de las comunas con menos ciclovías, y se necesitan más. Pero quiero ser enfática en que esto no pasa por tener o no una ciclovía. La muerte de mi marido no pasó por ahí, porque podríamos haber tenido la mejor de Latinoamérica, pero ante un tipo en estado de ebriedad, no hay nada que hacer.

-Cómo te han apoyado las autoridades. Cuál ha sido el compromiso de ellos?

Las autoridades locales se acercaron y es así como el alcalde se ha portado bastante bien con nosotros y nos ha acompañado en todo este proceso, al igual que la gobernadora, quienes se han mostrado muy dispuestos en apoyarnos, desde el punto de vista de asesorías y abogados.

-Cuál es el consejo para los jóvenes, que creen que si toman un trago y manejan, no ocurrirá algo?

El consejo es que quieran su vida y la del resto, porque con mi marido teníamos planificada nuestra vida hasta la segunda reencarnación. Teníamos proyectos súper lindos, porque tú piensas que nunca se va a acabar. Y a los jóvenes, sólo decir que disfruten cada minuto, pero para ello, también deben cuidarse y no realizar acciones que puedan perjudicar sus vidas.

-Guardas odio en tu corazón por lo sucedido?

No. Lo único que siento es rabia, pero porque sentí que no empatizaron con mi dolor, y porque quieren ocupar una estrategia burda, aludiendo a temas psiquiátricos para eludir la responsabilidad. Si yo soy parte de una causa, tengo que hacerme parte del efecto, y en este caso no quieren hacerse cargo de ese efecto. Aquí la muerte de Guido, insisto, podría haberse evitado si este joven no hubiera manejado en esas condiciones. Me gustaría que el culpable, cumpliera condena efectiva, por el tiempo que se estime, y que no hayan privilegios, aunque se, también, que nada me va a devolver a Guido.

-En qué te aferras para salir adelante?

En el amor, porque sigo amando a Guido aunque él no esté. Y eso es lo que me da fortaleza. Yo no me quedé con pendientes con él y eso tranquiliza mi corazón. Y mis hijos son los que me levantan a diario, para trabajar, estar contenta y feliz con ellos. La gente me puede ver y decir, qué bien está, pero no puedo andar diciéndole a todos cómo me siento, interiormente.

-Qué harías si tus hijos quieren practicar el deporte de tu marido o, simplemente, andar en bicicleta?

Esa es parte de las consecuencias que esto trajo. Porque les pediría que hagan otro deporte, que jueguen a la pelota, o tenis, pero ciclismo ojala que no porque le tomé miedo. También tengo mucho miedo que a mi me suceda algo, porque si a mi me pasa algo, quién ve y cuidará de mis tres hijos. Me queda mucha tarea por delante.

-Cómo están hoy tus niños?

Están muy tocados con esto, porque si me tardo cinco minutos, ellos me llaman llorando angustiados diciéndome mamá, ¿te pasó algo? Y eso no debieran estar viviéndolo como niños. Un niño chiquitito no debiera estar oliendo la polera del papá, que mantiene bajo la almohada, y diciéndole papá te amo. Son cosas que no debiéramos estar viviendo y yo lo vivo todos los días con ellos.

-Cómo te ves en un par de años?

Mirando para atrás y diciendo “oh, fui capaz”. Creo que es harto lo que me viene y tengo que echarme harta carga  en una mochila que es muy pesada. Trato de tirar toda la pena y el dolor, para poder estar, todos los días, como mamá feliz para sus hijos.

-Quisieras señalar algo en estos momentos?

Sólo dar las gracias a toda la gente que me apoyó y sigue apoyando en este camino. A mis papás y a Guido, porque la gente no es sólo cuerpo sino, también, alma y el cariño y amor sigue por él, y eso me ayuda. La enseñanza que me deja esto es que hay que vivir la vida como si cada minuto fuera el último, lo que no significa ser arriesgado. Le diría a la gente que no se enoje con sus seres amados, porque uno no sabe si vuelve a verlo. A veces hay cosas que no son importantes y creo que uno tiene que disfrutar lo que tiene en su minuto y no lo que podría tener. Mañana puede ser muy tarde.

-Finalmente, si tuvieras frente a la persona que atropelló a tu marido, qué le dirías?

Sólo le diría Porqué. Porqué me quitó a Guido, y se que esa es una respuesta que nunca voy a encontrar.

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