Advierten que la obesidad también es una pandemia y 9 sociedad científicas llamaron a generar conciencia

Las entidades médicas de Argentina recordaron que es una enfermedad crónica que reduce la expectativa de vida. Implica un mayor riesgo de mortalidad por diversas causas, entre ellas COVID-19

 

Nueve sociedades científicas argentinas emitieron un documento conjunto en el que realizaron un llamamiento a mejorar la comprensión pública de la obesidad como una enfermedad crónica e impulsar la educación sobre los recursos disponibles para su tratamiento. Se trata de una demanda sanitaria que busca reducir las crecientes complicaciones asociadas y los altos costos que implica para el sistema de salud, en especial en países de bajos recursos.

Estas sociedades elaboraron el documento conjunto basado en la más alta evidencia científica disponible en el mundo hasta el momento, en el que hacen hincapié en el concepto de obesidad como enfermedad.

Las entidades autoras del documento son la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD), la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), la Sociedad Argentina de Cirugía de la Obesidad (SACO), la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (SAOTA), la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo (SAEM), la Sociedad Argentina de Medicina (SAM), la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) y la Federación Argentina de Cardiología (FAC).

En el texto, recordaron que la obesidad fue incorporada como enfermedad en 1950, según la Clasificación Internacional de Enfermedades (código E66 de la CIE-10), si bien no ha sido abordada como tal y “en la actualidad constituye una pandemia a nivel mundial, que ahora pone en mayor riesgo a quienes la sufren frente al COVID-19″.

Se trata de “una demanda sanitaria que busca reducir la creciente morbimortalidad asociada con esta enfermedad crónica y los altos costos que implica para el sistema de salud, en especial en países de bajos recursos”, explicaron.

Asimismo, ponen de manifiesto que, en la Argentina, “la prevalencia de exceso de peso por auto reporte (sobrepeso/obesidad) según la 4ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (4ª ENFR) fue de 61,6%, comparativamente superior a la 3ª ENFR (57,9%). La tendencia se mantuvo en ascenso en relación con las anteriores. En el análisis antropométrico usando peso y talla medidas en el domicilio se obtuvo una prevalencia de exceso de peso (sobrepeso/ obesidad) de 66,1%”.

En la misma línea, hicieron hincapié en que el sobrepeso/obesidad están asociados con un aumento de las complicaciones y de los costos en salud. “Existe una amplia y fuerte evidencia que la pérdida de peso en personas con sobrepeso y obesidad reduce los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) como la diabetes, la hipertensión arterial y la dislipidemia, entre otras”, subrayaron.

Las comorbilidades de la obesidad son las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus tipo 2, enfermedad metabólica por hígado graso no alcohólico, entre otrasLas comorbilidades de la obesidad son las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus tipo 2, enfermedad metabólica por hígado graso no alcohólico, entre otras

Entre las comorbilidades de la obesidad, las sociedades científicas destacaron las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus tipo 2, enfermedad metabólica por hígado graso no alcohólico, dislipidemia, apnea obstructiva del sueño, enfermedad renal, y enfermedades oncológicas.

“La mortalidad aumenta proporcionalmente al incremento del índice de masa corporal (IMC), y el número de comorbilidades de la obesidad”, enfatizaron, al tiempo que remarcaron que la obesidad está asociada con mortalidad prematura.

En el contexto de la actual pandemia de SARS-CoV-2, diversos estudios también han demostrado el vínculo entre la obesidad y un mayor riesgo de sufrir las formas severas de la enfermedad producida por el virus. En un reciente estudio de la Universidad de Stanford, los autores concluyeron que “el SARS-CoV-2 puede desencadenar la disfunción del tejido adiposo para impulsar la resistencia a la insulina y los resultados adversos en el COVID-19 agudo”En tanto, dijeron, otra investigación previa publicada en Cell Metabolism indicó que “el tejido adiposo favorece la infección por el SARS-CoV-2 y la inflamación patógena y puede explicar la relación entre la obesidad y el COVID-19 grave”.

Por todo esto, las sociedades científicas que elaboraron el documento conjunto consideraron que es necesario un esfuerzo amplio de educación sobre la obesidad como enfermedad, sus causas, impacto y enfoques de tratamiento.

“Es importante reconocer la obesidad como una enfermedad crónica y los riesgos del estigma sobre la misma”, agregaron.

Estos son los conceptos más destacados del documento:

—La obesidad es una enfermedad crónica, pandémica, y multifactorial, que se caracteriza por procesos fisiopatológicos que resultan en aumento de tejido adiposo disfuncional, lo que la asocia con múltiples comorbilidades, y con aumento de la mortalidad.

—Tiene además la característica fundamental de ser socialmente estigmatizante.

El diagnóstico no solo dependerá del IMC, sino también del impacto de la obesidad en la salud general del individuoEl diagnóstico no solo dependerá del IMC, sino también del impacto de la obesidad en la salud general del individuo

—La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su clasificación internacional de enfermedades la define como el anormal o excesivo almacenamiento de grasa, que se desarrolla a partir de una interacción del genotipo y el medio ambiente generando un disbalance energético e implica la interacción de factores sociales, conductuales, culturales, fisiológicos, metabólicos y genéticos.

—De esta forma, el diagnóstico no solo dependerá del IMC, sino también del impacto de la obesidad en la salud general del individuo.

La obesidad aumenta el riesgo de desarrollar otras enfermedades crónicas y está asociada con la mortalidad prematura. Al igual que otras enfermedades crónicas, posee múltiples fenotipos, presentaciones clínicas y respuestas al tratamiento”.

En 1997 la OMS publica su ´Consulta técnica de Expertos sobre Obesidad´, en la cual la reconoce como epidemia global: “La obesidad puede verse como uno de los grupos definidos de enfermedades no transmisibles (ENT) que se observan tanto en países desarrollados como en desarrollo”.

—El aumento de su prevalencia alcanza cifras alarmantes en el mundo. En el siglo XXI la comunidad científica orientada a su estudio y tratamiento declara a la Obesidad como enfermedad y enfatiza la necesidad de una acción inmediata para su prevención y control.

El sobrepeso/obesidad están asociados con un aumento de la morbimortalidad y crecientes costos de la salud en países de bajos recursos.

Existe una amplia y fuerte evidencia que la pérdida de peso en personas con sobrepeso y obesidad reduce los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) como la diabetes, la HTA y la dislipidemia, entre otras.

—En 2010, se estimó que el sobrepeso y la obesidad a nivel mundial causaron 3.4 millones de muertes, 3.9% de años de vida perdidos y 3.8% de años de discapacidad – DALYs (Disability Adjusted Life Years).

—Según la OMS, la ECV es la principal causa de muerte en todo el mundo, con una tasa de 17,7 millones decesos por año. La obesidad es un factor de riesgo independiente para ECV y mortalidad por todas las causas.

La mortalidad aumenta proporcionalmente al incremento del índice de masa corporal (IMC), y el número de comorbilidades de la obesidad (iStock)La mortalidad aumenta proporcionalmente al incremento del índice de masa corporal (IMC), y el número de comorbilidades de la obesidad (iStock)

Entre las comorbilidades de la obesidad destacamos a las enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, enfermedad metabólica por hígado graso no alcohólico, dislipidemia, apnea obstructiva del sueño, enfermedad renal, y enfermedades oncológicas.

La mortalidad aumenta proporcionalmente al incremento del índice de masa corporal (IMC), y el número de comorbilidades de la obesidad. Según el estudio Framingham, el 78% de los casos de HTA en el hombre y el 65% en la mujer son atribuidos a la obesidad.

—La relación entre obesidad y presión arterial es más estrecha en jóvenes, la obesidad confiere resistencia al tratamiento, y favorece el desarrollo de daño de órgano, como la hipertrofia ventricular izquierda y la nefropatía. Un metaanálisis de 5 estudios con más de 850.000 participantes, revela que la obesidad aumenta un 20% el riesgo de enfermedad CV.

Estudios prospectivos describen una menor expectativa de vida en individuos con obesidad con una reducción de la mediana de supervivencia de 8-10 años en aquellos con obesidad mórbida (Índice de Masa Muscular – IMC 40-50 kg/m2 ). Por cada aumento de 5 puntos en el IMC, el riesgo relativo de mortalidad total aumenta un 30%, en tanto que el riesgo de enfermedad cardiovascular se incrementa en un 40%.

—La obesidad aumenta el riesgo relativo de progresar a diabetes, en un metaanálisis de 18 estudios de cohorte prospectivos que evaluó el RR de desarrollar diabetes, se observó que, para personas con obesidad en comparación con aquellas con peso normal fue de 7.19 ( IC del 95%) y para el sobrepeso 2.99 (IC del 95%) 17.

—La Asociación Americana de Cirugía Bariátrica y Metabólica declara su posición en el año 2019, considera necesario “un esfuerzo amplio de educación sobre la obesidad como enfermedad, sus causas, impacto y enfoques de tratamiento es un primer paso importante”.

—Debería incluir el reconocimiento y la educación sobre la obesidad como enfermedad crónica, aumentar la sensibilidad de la comunidad para generar conciencia de la obesidad como enfermedad y reducir el impacto del sesgo de peso. Mejorar el conocimiento por parte de pacientes y proveedores de salud de los recursos disponibles para el manejo de la obesidad, así como instalaciones adecuadas para su cuidado. Es importante la educación de la comunidad para mejorar la comprensión pública de la obesidad como enfermedad crónica y los riesgos del estigma sobre la misma. La comunidad científica considera la Obesidad una enfermedad, es por ello que su reconocimiento representa una demanda sanitaria.

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