Autismo y cuarentena ¿Cómo sobrellevar el encierro?

Este tiempo de cuarentena representa un desafío para todos, y puede serlo aún más para los niños y jóvenes que se encuentran dentro del espectro autista (TEA). Académica de la Universidad San Sebastián (USS) entrega recomendaciones.

 

El confinamiento y la posible pérdida de rutina puede resultar angustiante y difícil de sobrellevar. Para los niños, niñas y jóvenes con TEA este desafío es mayor, al igual que para sus familias, pues muchos tuvieron que interrumpir el tratamiento profesional para evitar contagios.

 

En primer lugar, para llevar a cabo un buen manejo de la situación, la familia debe saber que “su hijo tiene un perfil único, al igual que todos nosotros. Por ello será fundamental el conocimiento que se ha ido adquiriendo sobre él, saber qué le gusta, sus intereses y qué actividades o estímulos le desagradan y pueden afectar su emocionalidad y comportamiento”, declara Silvana Catoni, terapeuta ocupacional y académica de la USS.

 

Dado el contexto de la pandemia, que exige repensar rutinas para el bienestar de todos los miembros del clan familiar, la profesional entrega las siguientes recomendaciones:

 

  • Intentar mantener una rutina. Es importante incluir actividades de autocuidado y escolares, tiempo de calidad con los seres queridos y juegos. Pueden ayudarse utilizando claves visuales que le permitan ver al niño, niña o joven la distribución durante el día, por ejemplo, a través de un horario que utilice imágenes.

 

  • Realizar actividades cotidianas en familia, por ejemplo, cocinar, rutinas de autocuidado como vestirse, asearse, lavarse los dientes, etc. A ellos se les puede encargar el cuidado de mascotas o el riego de las plantas.

 

  • Las actividades que se propongan deben tener un inicio y fin claro, esto les permitirá manejar de mejor manera conceptos abstractos como el tiempo y, así, disminuir los niveles de ansiedad.

 

  • Como siempre, evitar el uso de aparatos tecnológicos como celular, tablet, televisión, videojuegos. El uso no debería ser mayor a 1 o 2 horas diarias. El uso excesivo puede ocasionar dificultades en el aprendizaje, en la regulación emocional, en la interacción y trastornos del sueño.

 

  • Preferir siempre juegos interactivos y motores. Para niños y niñas más pequeños, un espacio reducido permite realizar ejercicios como saltar, lanzar, arrastrarse o pequeños circuitos. Es aconsejable que éstos se hagan antes de actividades que requieran un mayor esfuerzo intelectual, como trabajos escolares en mesa.

 

  • Realizar juegos que favorezcan la expresión emocional, apoyándolos en identificar cómo se sienten. En el caso de aquellos con un mayor desarrollo del lenguaje verbal, se pueden hacer representaciones y elegir algún personaje de series o videos, hacer un mural de deseos e incluso colorear con la emoción que podemos estar sintiendo.

 

  • La mayoría de los niños con TEA tienen dificultades en el procesamiento sensorial, y se muestran más reactivos o menos reactivos frente a ciertos estímulos ambientales, lo que afecta su emocionalidad y comportamiento. El encierro puede sobre estimularlos, despertando su necesidad de movimiento en el exterior. “Es importante que, de requerirlo, los cuidadores acudan al permiso temporal dispuesto en la página de la comisaria virtual, el que les permitirá salidas por 2 horas. La recomendación es a hacer esto de forma responsable”.

 

“El llamado es a compartir los cuidados, no sobre exigir a nuestros niños y tampoco a nosotros como padres. Es importante mantener la calma y un tono emocional que le permita a nuestros hijos e hijas sentirse amados, comprendidos y respetados”, concluye la terapeuta ocupacional.

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