Cómo una red de lavado de dinero del régimen de Maduro ayudó a Nayib Bukele a llegar a la presidencia de El Salvador

Martha Carolina Recinos de Bernal y su esposo Efrén Arnoldo Bernal Chévez firmaron el préstamo el 29 de diciembre de 2012 a las 10:25 a.m.: USD 227.000 de la sociedad Alba Petróleos de El Salvador (filial local de la petrolera estatal venenezolana PDVSA). Los documentos fueron avalados por el notario José Mauricio Cortez Avelar, quien entonces ya era representante legal de la entidad que prestó el dinero.

A primera vista, una transacción común y corriente: un matrimonio obtiene un préstamo de una financiera -Alba Petróleos lo era entonces- para consolidar sus deudas hipotecarias, que era el destino de los USD 227.000 según consta en documentos legales en poder del autor de esta nota.

Más de ocho años después de aquella firma, sin embargo, el asunto parece mucho más complicado.

Hoy, Carolina Recinos es la Comisionada Presidencial para las Operaciones del Gabinete de Gobierno del presidente Nayib Bukele; un nombre pomposo para describir el cargo de una de las funcionarias más poderosas de El Salvador. Su esposo es el embajador salvadoreño en Rusia. Y Cortez Avelar es un hombre que ha sido investigado en Estados Unidos y El Salvador por su supuesta participación en un esquema masivo de lavado de dinero.

 

Recinos aparece en una lista de funcionarios centroamericanos a los que el Departamento de Estado de Estados Unidos señala por sospechas de vínculos con actos de corrupción o narcotráfico, publicada el 17 de mayo pasado. De la funcionaria de Bukele, los estadounidenses dicen que “ha participado en significativos actos de corrupción durante su tiempo en el cargo”.

La inclusión de Recinos y otros cuatro funcionarios salvadoreños en la lista del Departamento de Estado ha deteriorado aún más la relación entre Bukele y Washington, que reclamó al presidente salvadoreño porque diputados oficialistas destituyeron a cinco magistrados de la Corte Suprema de Justicia y al fiscal general para nombrar, en su lugar, a reemplazos afines al bukelismo.

 

Alba Petróleos de El Salvador (Apes), la empresa que prestó dinero a los esposos Bernal Recinos, fue sancionada en marzo de 2019 por el gobierno de los Estados Unidos por sospechas de que a través de ella y otras empresas “se diseñaron una variedad de confabulaciones para malversar miles de millones de dólares”.

 

Apes es una de varios conglomerados público-privados creados la década pasada en Centroamérica y el Caribe por el régimen venezolano que entonces dirigía Hugo Chávez con dinero de la petrolera estatal PDVSA. En el papel, el destino de esos fondos era la asistencia para la cooperación en temas de desarrollo social y económico, pero investigaciones posteriores en varios países, incluso en Venezuela, determinaron que el dinero terminó alimentando un esquema masivo de corrupción y lavado de dinero.

En El Salvador, la Fiscalía General de la República (FGR) allanó a finales de mayo de 2019 al menos 23 empresas relacionadas con Alba Petróleos en el marco de una investigación formal por lavado.

Dos agentes de la fiscalía salvadoreña han confirmado que en esos allanamientos encontraron centenares de documentos que detallan cómo, desde su fundación, Alba Petróleos y su conglomerado de empresas realizaron transacciones financieras, movimientos bancarios y préstamos descritos como “indicios y alertas de lavado de dinero”, según documentos anexos al expediente SA-3-4-19 presentado por la FGR al juzgado cuarto de paz de San Salvador para solicitar los allanamientos de mayo.

Fue en esos allanamientos que la Fiscalía recuperó copias del préstamo otorgado en 2012 a Carolina Recinos, así como de otros por millones de dólares entregados a empresas y personas cercanas al entonces alcalde Nayib Bukele de Nuevo Cuscatlán.

 

Además de los USD 227.000 que ella y su esposo recibieron a finales de 2012, Carolina Recinos recibiría entre 2013 y 2014 USD 1.100.694 como apoderada legal de Starlight, empresa que era parte del entramado de Alba Petróleos. De ese dinero, USD 1.030.694 fueron desembolsados por Inverval, una empresa financiada en su totalidad por Alba Petróleos y una de las 23 que fueron allanadas entre el 30 y el 31 de mayo de 2019 por la Fiscalía como parte de una investigación por lavado de dinero.

 

El dinero que recibieron los Bernal Recinos suma a una bolsa de al menos USD 3.474.894 que llegó hasta Nayib Bukele y los colaboradores políticos del entonces alcalde de Nuevo Cuscatlán, y quienes a la postre se convertirían en importantes funcionarios del Ejecutivo cuando Bukele asumió como presidente del país en junio de 2019.

 

La mayor parte de ese dinero fue entregado a Carolina Recinos, su esposo, Bukele y los demás en forma de préstamos bajo condiciones de mercado -10 años de plazo para los pagos e intereses mensuales entre 7.5 y 9.5%- o como inversión a capital para otras empresas con las que los funcionarios estuvieron relacionadas, como Starlight en el caso de Recinos.

Todo ese dinero hace parte de un hueco financiero que oscila entre los USD 646.600.000 y los USD 934.400.000 que las empresas del conglomerado Alba Petróleos no han podido justificar ante la fiscalía salvadoreña. Además, de acuerdo con los fiscales que realizaron los allanamientos a estas compañías en mayo de 2019, estos fondos son parte de un esquema de préstamos y “donaciones que superan el monto de las utilidades -generadas por las empresas- entre 2010 y 2019”. Este, dicen los agentes fiscales, es un indicio claro de lavado de dinero.

En una investigación publicada en septiembre de 2020, la consultora independiente estadounidense IBI Consultants estableció que Alba Petróleos lavó al menos mil millones de dólares de dinero proveniente del petróleo venezolano a través de mecanismos como los préstamos a particulares, similares a los recibidos por Carolina Recinos y Nayib Bukele.

El reporte de IBI también dice que las fuerzas criminales que idearon el esquema de lavado de Alba Petróleos siguen teniendo influencia importante en el gobierno de Bukele. El informe apunta a José Luis Merino, alias Ramiro Vásquez, un excomandante guerrillero que fue diputado del partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y viceministro de Exteriores durante el gobierno del expresidente Salvador Sánchez Cerén (2014-2019), como arquitecto de toda la operación.

Lo cierto es que la huella del dinero venezolano es profunda en el entorno Bukele, del que Carolina Recinos, hoy en la mira del Departamento de Estado en Washington, es miembro privilegiada.

Un asunto de gobierno

El de Carolina Recinos no es el rostro más visible del gabinete de Nayib Bukele, tampoco lo es su presencia en las redes sociales, como Twitter o Facebook, dos de las herramientas favoritas del presidente y sus más allegados para mover su comunicación política. Recinos, eso sí, suele aparecer en los momentos más críticos para el gobierno.

 

Fue ella una de las principales encargadas de intentar sosegar al cuerpo diplomático acreditado en El Salvador luego de que su jefe, el presidente Bukele, entró al recinto de la Asamblea Legislativa el 9 de febrero de 2020 acompañado de soldados y policías para exigir la aprobación de un préstamo. Dos días después, el 11 de febrero, Recinos dirigió una reunión en Casa Presidencial con los embajadores para dar explicaciones.

 

Y en la primera semana de octubre de 2020, Recinos volvió a saltar a las entrevistas televisivas y al Twitter para intentar acallar las críticas que la administración recibió tras un septiembre particularmente complicado, marcado por reclamos de congresistas estadounidenses por el irrespeto a la libertad de prensa, confrontaciones con el Congreso por la aprobación del presupuesto nacional de 2021 y por el impago de salarios a funcionarios públicos. Recinos aparece ligada a Bukele por primera vez a principios de la década pasada. Según la hoja de vida colgada en el sitio web de la presidencia salvadoreña, Recinos fue asesora del despacho del alcalde de Nuevo Cuscatlán entre 2012 y 2014, justo cuando la carrera política de Bukele empezaba a tomar rumbo bajo la bandera del FMLN. El currículo vitae de Carolina Recinos también dice que ya en 2009 era asesora privada de diversos gobiernos municipales. Fue entonces que, según un exasesor de Bukele, empezó la relación.

Tanto Recinos como Bukele recibieron el grueso de los préstamos registrados en los papeles de Alba Petróleos entre 2012 y 2014, cuando el joven político empezaba su carrera hacia mayores derroteros electorales.

Entre el 26 de noviembre de 2012 y el 18 de noviembre de 2013, Alba Petróleos de El Salvador desembolsó -en calidad de préstamos y donaciones- USD 15.500.000 a Inverval, una de sus empresas fachada, y la cual fue listada por la Fiscalía General como una de las que sirvió para el desvío de fondos venezolanos.

Inverval utilizó el 70% de esos 15,5 millones de dólares para el desarrollo, entre 2013 y 2014, de dos complejos urbanísticos de lujo en el pequeño municipio de Nuevo Cuscatlán, del que Bukele era entonces alcalde y desde el cual preparaba su salto a la candidatura a la alcaldía de San Salvador.

El dinero de Inverval también sirvió para que Bukele invirtiera en Starlight, una empresa de comunicaciones y productora de televisión desde la que el político empezó a consolidar su figura mediática. En 2013, Carolina Recinos adquirió una deuda de USD 70.000 dólares con Alba Petróleos en nombre de Starlight, de la que ese año fue apoderada legal, según documentos en poder del autor.

En febrero de 2013, Inverval giró un cheque a nombre de Bukele por USD 1.390.200 para la compra de Starlight. Y entre abril y octubre de ese año, Inverval giró cheques a favor de Starlight por otros USD 1.030.000 como “aporte a capital de trabajo”.

 

Con esa inversión, Starlight consolidó el canal TVX, que Bukele puso al mando de uno de sus amigos más cercanos: Federico Anliker, el actual presidente de los puertos y aeropuertos de El Salvador y uno de los más entusiastas defensores del régimen.

 

En pocas palabras: a través de una empresa fachada, Alba Petróleos desvío dinero proveniente del petróleo venezolano a una compañía de comunicaciones dirigida por la actual jefa de gabinete de Nayib Bukele. Toda aquella operación es hoy parte de una investigación por lavado de cerca de mil millones de dólares.

Fuente: Infobae.com

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